lunes, 24 de septiembre de 2012

FALLECE LA BAILARINA Y COREOGRAFA ARGENTINA OLGA FERRI


El día 20 de septiembre y mientras dormía se apagó la estela de Olga Ferri, un referente indiscutible de la danza en Argentina, poco tiempo antes de alcanzar su 84 cumpleaños.

Había nacido el 20 de septiembre de 1928 y su carrera en la escena se extendió hasta casi los 50 años. Se formó en el Instituto de Arte del Teatro Colón.
 

Y estuvo casada con el primer bailarín del Colón, Enrique Lommi, que fue su partenaire en el escenario y también en la docencia, creando juntos un estudio de donde emergieron conocidas figuras de la danza.
Se había formado con Esmée Bulnes y fue protagonista en “La dama y el unicornio”, sobre una propuesta de Jean Cocteau, en 1954  estuvo también dirigida al final de los  cincuenta por el mito cubano Alicia Alonso en Giselle.
 
Actuó en los teatros más conocidos del mundo entero con Rudolf Nureyev o José Neglia, que falleció prematuramente en el accidente de avión donde también perdieron la vida los bailarines del Colón Norma Fontenla, Antonio Zambrana, Carlos Santamarina, Carlos Schiaffino, Margarita Fernández, Martha Raspante, Rubén Estanca y Sara Boskovsky, el 10 de octubre de 1971.
Bailarines fallecidos en el accidente aéreo 1971
 
En esta fecha, a partir de entonces, se conmemora en Argentina, el Día Nacional de la Danza. Muy cerca de Libertad y Tucumán, vecina al teatro Colón, se puede contemplar desde hace años la Fuente de los Bailarines, el monumento que recuerda la tragedia, una catástrofe para la danza argentina e internacional. La fuente, creación del arquitecto Ezequiel Cerrato no nos restaña las heridas de tan enorme pérdida, pero es un merecido recuerdo.
 
Varios países la vieron actuar en el desarrollo de una carrera internacional que la llevó a París, donde estudió con Víctor Gsovsky, Nicolás Zverev y Boris Kniaseff y también a Brasil, Munich, Berlín y al Londond´s Festival Ballet de 1960 al 63 y en 1966, donde baila Giselle, El espectro de la rosa y La doncella de nieve entre otros montajes.
El Teatro Colón se convierte en un molde de creación para Olga, sobre todo desde la falta de tantos bailarines de su misma generación que se habían perdido en el accidente del Río de la Plata.
En 1971 Rudolf Nureyev la elige para su versión de El cascanueces que estrenan juntos en Buenos Aires. También bailará Romeo y Julieta (junto al desaparecido José Neglia), La cenicienta de Skibine y La sylphide de Pierre Lacotte.

Se presenta en Nueva York y Washington a partir de 1973 y se retira oficialmente 4 años después con Coppelia, de Delibes. Fue maestra también del Ballet de Chile y dos veces directora del Ballet Estable del Teatro Colón. Fue jurado internacional y se le otorgó el Premio Konex de Platino en 1989. También consiguió el Gran Premio de Honor Fondo Nacional de las Artes en 1977, la Orden al Mérito de los Caballeros de San Martín de Tours en el Histórico Cabildo y fue nombrada Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Epílogo:
Recuerdo las tardes de domingo sobre todo en Buenos Aires, ir a ver bailar a Neglia, a Fontenla y sus compañeros y a Olga, que se deslizaba como una aparición por las maderas nobles del suelo del escenario del Teatro Colón. El público, después de la actuación la llamaba a saludar, “¡Ferri!, ¡Ferri!” y entonces parecía que el tiempo se detenía y que no había nada más importante que aquel saludo extenuado de la bailarina después de la función.
Ahora se incorpora no solo a nuestra retina, donde siempre ha estado, sino también al corazón de los porteños, junto a los queridos desaparecidos del accidente que les costó la vida. Todos juntos, en un baile sin fin, iluminarán a los que vengan para que las estrellas de la danza en el Teatro Colón sigan titilando y enamorándonos por muchos, muchos años. Como siempre lo hicieron.                                                   Norma Fontenla
 
Alicia Perris
 
                                                                          

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